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Draco Apuesta a la Sanación Propia con Álbum Nuevo

Writer's picture: Stephen SantiagoStephen Santiago

Leyenda del rock boricua naufraga en los mares del ambient/new age para su primer disco de larga duración en tres años.

Armado mayormente con solo sus teclados, percusiones esotéricas y la búsqueda de frecuencias espirituales, renombrado compositor Robi Draco Rosa lanza Sound Healing 1:11. Aludido en su título, es el disco más extenso de su carrera con una duración de una hora con once minutos y su primero de larga duración desde el rock nostálgico de Monte Sagrado en 2018. El cantautor alega que este nuevo proyecto es una continuación del anterior, pero esto no es muy evidente a primera oída. Pese a sus virtudes, en un sentido filosófico se puede admirar más el espíritu de este disco nuevo que el de Monte Sagrado, que sonaba un poco a temas que se rechazaron hace 25 años para el icónico e innovador Vagabundo.


Sound Healing 1:11 centra su estética dentro de la música ambient o new age y Rosa te deja saber qué esperar del disco desde el primer tema “Selva”, que alcanza una duración de once minutos. Los ritmos son minimalistas, hay flautas, sonidos de naturaleza y sintetizadores que se asoman y se esconden de la superficie. Trae recuerdos de la banda sonora que hizo Gustavo Cerati para la película +Bien, Bjork o Dead Can Dance.



Vocalmente, Draco rumba por los renglones usuales con sus armonías emblemáticas y pasajes superpuestos que crean la ilusión de tres o cuatro Robis distintos imponiéndose al centro. Esto se evidencia en la canción “Fragancia de una Flor”, ya que el canto en “Selva” es un poco más abstracto. Hay también un instrumento de cuerdas que parece similar al shamisen japonés, o un tipo de arpa, típico por su utilización en música pseudo oriental ultra relajante. “Dios Mío” es una canción de desamparo ante un abandono divino. Puede parecer un poco melodramática, pero instrumentalmente atrae más por su uso del cuatro puertorriqueño, violonchelos tenebrosos y una duración digerible de menos de cuatro minutos.


En “El Amor de Borikén'' se escuchan pájaros y campanas de viento al fondo jugueteando con sintetizadores y texturas atmosféricas. “Religion of 2” se escucha un poco más familiar en su intención y temática. Con un ritmo trip-hop más dinámico o rimbombante, nos hubiese sonado a lugar en álbumes como Mad Love o Como Me Acuerdo. “El Río de la Vida” es una balada a piano y probablemente el tema que más trascendencia tenga fuera del marco conceptual de Sound Healing 1:11. Se siente más genuino y emotivo, balanceando una composición concreta y centrada con la cuasi ambigüedad etérea del resto del disco.




Las mismas sensaciones de “Religion of 2” se pudiesen aplicar a “So Beautiful”. Se le suman a esto los violines, cuales logran conjurar melodías cautivadoras. “Ladrón de Fuego” y “Más Allá del Tiempo” incorporan pasajes hablados en hindi de Sadhguru y tonos característicos de su cultura India. Quiero Vivir (Como Nunca He Vivido)” es un tema que tiene mínimo unos siete años, siendo estrenado mucho antes que Monte Sagrado pero lanzado formalmente como sencillo a principios de 2020. Ambas de las versiones previas a Sound Healing 1:11 cuentan con arreglos también profundos, sustanciosos y memorables.


La odisea sanadora concluye con “Chateau Marmont”. En términos de instrumentación y melodía, es tan sanadora como “El Río de la Vida”. Novedad en el gran historial de la música ambient, cabe destacar. Sin duda, dentro del contexto discográfico de Robi Draco Rosa, no ha existido álbum tal cual como este. Resaltar hoy día dentro del género ambient requiere una combinación tan metódica de sonidos originales e inconfundibles. Música de esta índole tiene como meta hacer desvanecer el tiempo del oyente, no hacerlo mirar el reloj constantemente.

Hace poco Draco expresó su desdén ante los requisitos de vacunación en Puerto Rico que le impedían presentar el disco en vivo en el recién inaugurado Coca Cola Music Hall. Rosa siempre se ha empeñado en crear experiencias y traducciones únicas de sus temas en vivo. En una entrevista con L.A. Times, habló sobre cómo sus planes pre-pandémicos involucraban la concepción de unos retiros de yoga que se llevarían a cabo en su finca Hacienda Horizonte en Utuado. La intención siendo que una música en la vena de Sound Healing 1:11 sirviera como su ancla sonoro y esto hace todo el sentido del mundo.


Ojalá que las condiciones de salud en la isla eventualmente sean de su agrado para que pueda sacarle el máximo provecho. Quiero reiterar que, pienses lo que pienses de este disco, hay que respetar su derecho a existir. Para bien o para mal, las consecuencias de la catástrofe global que enfrentamos va a producir unos resultados muy peculiares en las artes. En el caso de Draco hay que tomar en consideración no solo el contexto pandémico, sino también el hecho que es su primer disco tras recuperarse de cáncer y la disolución de su matrimonio de 30 años.


Él ha dejado muy claro que no es un disco para todos. Que está diseñado como una experiencia continua y sin interrupción, que no hay sencillos para la radio y que es un proyecto que surge de una necesidad personal. Quizás Robi Draco Rosa ya no tenga que buscar del rock pesado y, seguramente, del ambient/new age tampoco. Pero hay que reconocer, admirar y respetar que con un resumé tan luminoso como el que tiene el vagabundo mayor, siga sin escrúpulos sus instintos de conjurar mediante variedad y creatividad su propia sanación.


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