Los discos de vinilo son más que música
Hola, bienvenidos a mi primera colaboración con Somos Grandes, aprovecharé para presentarme y al mismo tiempo hablar de lo que más me gusta en este mundo: los discos. Dice la RAE que la melomanía es una afición apasionada por la música. Confieso padecerla, pero con una sonrisa inmensa como mayor síntoma (y algún desliz económico de vez en cuando). Hoy hablaré, defenderé mi consumismo empedernido por los discos de vinilo, y detallaré porque de todos los formatos en los que se ha vendido música, el vinilo es el que me gusta más.
Los Liner notes:
Hace miles de años en una galaxia no muy lejana, los periodistas, críticos de música y artistas, eran considerados parte de la élite de la sociedad (ahora son futbolistas), solían ser parte del mismo crew, atender a los mismos clubs, y los liner notes de los discos de los 50's y 60's, de Jazz, Swing o RnB, daban crédito de ello. En un disco de [John] Coltrane podías encontrar anécdotas de lo ocurrido alrededor o durante las fechas de la grabación del álbum, o alguna explicación o descripción detallada de lo que iba a ser escuchado, para tener una referencia más amplia, y que la experiencia de escuchar el disco sea más satisfactoria. Puede sonar snob, pero un poco de información siempre viene bien para poder apreciar cualquier idea o manifestación creativa.
Los Credits:
Otra parte importantísima son los créditos, en los que se reconoce el trabajo no solo del artista que está en la foto, o del personaje que se exhibe en redes promocionando su trabajo, pero el de todo un grupo humano, como el productor, ingeniero de sonido, el personal del studio, los músicos de sesión involucrados con el proyecto (luego haré un post solo sobre ellos y de lo importante que han sido para la industria), los compositores que participaron, y las notas de agradecimiento que pueden incluir a la familia, amigos, y fuentes de inspiración para el desarrollo del proyecto.
Art Cover:
No hay otro formato en el que los artistas gráficos y diseñadores puedan participar tanto del proceso creativo de un álbum, que a la hora de realizar la portada y el resto del artwork de un disco; conocer las canciones, al artista, la propuesta y concepto del álbum es clave para que el diseñador o artista, plasme de forma gráfica la propuesta sonora, y el producto sea aún más redondo y coherente. Se me hace imposible imaginar un Dark Side of The Moon sin el prisma, o a The Velvet Underground sin la banana de Andy Warhol. Hay muchos libros sobre portadas míticas, y artistas especializados en ello como Roger Dean. Dicen que no hay que juzgar un libro por la portada, pero vamos, estos son discos.
El Ritual:
Escuchar un disco para mí es una parte importante del día por lo que me aporta. eEs casi terapia, es dejar el ordenador o el móvil, escoger entre mi colección (que aún es pequeña), de acuerdo al mood en el que me encuentre, retirar la bolsa protectora, poner el disco en el tornamesa, coger la aguja y ponerla con cuidado sobre el vinilo, y que empiece el viaje. Lo interesante es que el formato de alguna forma te pone en la situación de escuchar el disco en orden, sin avanzar canciones, y tenerte sentado revisando por enésima vez la portada, las liner notes, la letra de las canciones o los posters que muchas veces incluyen; o tirado en cama durante 20 minutos solo escuchando, que es el promedio de duración de cada cara. Hoy en día, este tipo de actividades son super necesarias, porque sirven de escape, a la sobrecarga de información y estímulos a los que estamos expuestos.
En resumen, los vinilos molan, y mucho, lo que parecía una moda en el 2006 cuando reaparecieron en el mercado, 13 años después las ventas solo han ido aumentando, y tal vez esto demuestra que los vinilos son más que música, son objetos de colección, que involucran disciplinas como la música, pero también el diseño. Así que si tienes alguno en tu casa o en casa de tus padres, no lo botes, revísalo, verás que es un pequeño viaje en el tiempo, y si no es lo tuyo, pero está en buenas condiciones, créeme que en Internet puedes encontrar algún coleccionista dispuesto a pagar por él. Con un vinilo siempre ganas.
Pd: Si, ya lo sé, algunos dirán el “sonido analógico” es mejor, pero créeme, que casi nadie (y en este grupo me incluyo) compra un vinilo por el sonido vintage que ofrece, ya que los que pueden apreciar el sonido analógico como debe ser son los audiofilos, y ese es un grupo muy, muy, pero muy pequeño de personas que suelen tener unos equipos de audio muy especiales y nada baratos, a los que la mayoría de los mortales no tenemos acceso.
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